Artículo de fondo tomado de la revista despertad!
Narra la experiencia de alguien que se negó a una transfusión sanguínea.
El punto de interés se encuentra en el recuadro de la segunda página del artículo.
Es muy sabido que los testigos rehúsan las transfusiones y aquel que lo hace y no demuestra arrepentimiemto ante un comité judicial es expulsado se la confesión.
Sin embargo, en cuanto a los trasplantes la confesión da la libertad de que el testigo decida hacerlo(esto fue cambiado hace algunos años,al principio era prohibido también).
Entonces por deducción lógica,lo que esta institución médica dice y que la revista citó, una transfusión es igual a un trasplante,es decir, es un transplante,el testigo debería estar en la libertad de poder escoger esta opción sin tener represalias de parte de quienes gobiernan las congregaciones (los ancianos).
¿Llegará ese día ? ¿Tendremos la oportunidad de ver que la organización jw.org de esa concesión a sus adherentes?
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